viernes, 26 de abril de 2013

Eclectisismo puro

 
Radicalidad

     Necesidad imperante de no opinar, de no hablar, de no manifestar. Para el escepticismo radical es necesaria inmovilidad categórica e irrefutable.

     Estrella fugaz, falasia. La verdad emana de una margarita.

     Un extraño ser, nahual contemporáneo, encarnación de la liquidez y el vacío, espumoso escupitajo vital, apareció en mis sueños y me prometió Amor eterno.
     
     Bienvenido a la calle de mis muertos, a la ciudad de las alas rotas, del libro y el juego, al embriagante amanecer lúdico, vórtice del espíritu, límite de la Totalidad.

     Mis muertos me habitan. Los muertos de mi país. Los caidos anónimos. Tlatelolco, Acteal, Atenco. Mujeres que lloran sus vejaciones, estudiantes, embarazadas violentadas y tzotziles no nacidos. Me desgarra esbozar estas palabras terroríficas. Grita y se retuerce cada muerto, cada familia destrozada por su Guerra, por su avaricia, por su odio. Cadáveres apilados en mi alma, alma mexicana. Oaxaca, Michoacán, Veracruz, Guerrero… Lucio, Marcos, Ramona, Sicilia.
Joder México, despierta, canta, defiéndete que ya no aguanto tanta Miseria, tanto Absurdo.

     Guardo un minuto de luto por cada una de mis finadas posibilidades, por todas las yo misma que he dejado de ser.

     Te propongo una tregua, un suicidio. Epojé entre mis múltiples vidas, consenso entre mis morales antagónicas, fantasmas revolucionarios que habitan mi esperanza.

     Chico conoce a chica. En su cumpleaños y con varias mimosas de más. Chica puritana olvida sus rígidos valores. Pierde esa misma noche su virginidad y su cordura. La obsesión por encontrarlo de nuevo se vuelve patológica. Lo persigue. Lo llama. Se aparece furtivamente a lugares donde sabe que estará. Chico se ofusca, confunde, esconde. La ridiculez de las escenas que siguen facilmente se puede imaginar.
     Confieso mi adicción terrible a esculpir el vaho que exhalas, a libar recuerdos de nuestra historia, aquella que nunca llegó a suceder.

     Vivo presa de mis 70 kilos. Eso dice la báscula. He decidido entrar al club del peso. Compartir mi angustia con otros tragones anónimosc Vivir sometida a la dictdura del cuerpo y la talla perfecta. Invertir mi alma en un concepto mercadológico. Sí. Acepto. Soy una ferviente defensora de la libertd.

Lista de 5 deseos inconfesables

a)     Deseo exterminar a todos los que no piensen como yo.
b)    Deseo que todos me deseen.
c)     Deseo que Todo sea par mí.
d)    Deseo el reconocimiento y la fama.
e)     Deseo ardientemente dejar de desear.

     En mi afán aristotélico de clasificar la ralidad me aventuro a dividir el mundo entre los que han leido Rayuela y los que no, jugado criket, bebido pajaretes o tenido sexo anal.
Los que han pasado tardes de ocio jugando Brigde, y lo que beben pozol pa agarrar fuerzas. Enre artistas consagrados y niñeras que mueren en el olvido, escribidores de oficio y críticos pedantes, trovadores y poperos. Podría seguir ad infinitum pero el aburrimiento me abruma y aborto el intento.